miércoles, 11 de marzo de 2009

Diario: Nro. 30 - 16-12-08 - Sola



Sola. Sola con el desengaño, con el desencuentro, con la ignorancia, con el error, con los errores…Pensé que iba a despojarme de todo lo innecesario. Pensé que no iba a doler. Creí que habría más, que conservaría un puñado, que el puñado sería suficiente porque sería el sedimento, lo importante, lo profundo, lo verdadero…Confié en que sabría y sería libre y soy un pájaro cansado; sólo camino un poco más allá del más acá, pero siempre estoy cerca de lo áspero.
A veces me lloro muerta, desperdiciada, seca de sonrisas. Quería devorarme al mundo, pisotearlo con saltos, besarle las mejillas rosadas, sorprenderlo con fuegos artificiales de palabras excesivas como tormentas grises refrescantes en calles vacías e inundadas, y correr y gritarle locuras en los tímpanos de las mirillas de las puertas. Quería sentirme infancia y retozar esperanzas y reír con alegría y compartir carcajadas que acalambren los músculos del abdomen mío, tuyo, suyo, nuestro…Pero nuestras sólo las máscaras, las caretas, el carnaval de superficies de porcelana fría que parece tibia por tanta contracción de la piel debajo de las luces del arco iris que cuelga del cielo raso. La noche no tiene colores, no habla, no se arruga con una algarabía de hule; la noche es como el corazón escondido.


16-12-08