sábado, 28 de mayo de 2011

Diario: Nro. 46 - 25 y 26 de mayo 2011


No estoy, y extraño una textura de constar en algún territorio que guarda un puñado de campo para mí; este instante carece de memorias y alumbra vacilaciones dentro del paraíso de la nada. Perderme es una costumbre cuya mano me arranca como a un telón que cuelga desde el borde de la garganta y cae arrugándose en el suelo. Abro una puerta desconocida, y respiro esas voluntades pesadas de cobardía, amables de desencuentro, peligrosas de hallazgos que nadie busca para no descubrir la obesidad de lo que no es. No estoy, y existo como la pintura que impregna la pared grumosa y verde; hace frío, hace quietud, hace pulmones que juegan a crecer como el mar. No estoy es la respuesta al olor lacio del espejo a cuyas preguntas temo más que al vaivén de los barcos de arena. Y segrego el único amor, vapor de deshielo sobre el pelaje oceánico de todas las cosas.


25 y 26 de mayo 2011

Poema 110


espectarnos, como recolectando colores de frutas sobre la mesa
insonora que pende del tiempo abierto, ese
que tus manos vivas saludan como lienzos bandereando
al cielo; ese
que me mira inocentemente con sus ojos de instantes, con sus párpados
de intervalos con un olor a llovizna pequeña de abril;

espectarnos, y ser manjares que no conocen las bocas de los rostros
exploradores de sabores habitantes sólo de las miradas,
y ser paisajes que siempre fueron y ahora vuelven a ser otros bajo
las luces de otros, amaneciendo, renaciendo tan perfectamente,
tan extraordinariamente,
que el tiempo mismo, abierto como una ocasión, espira el secreto de su
perfume.


3-4-2011