viernes, 29 de mayo de 2009

Diario: Nro. 31 - enero 09


No sé cómo hago para soportar la carencia de lo dulce. Una naranja con azúcar extiende el plazo en el que se sentirá el deseo: tan fuerte, tan doloroso, tan animal, tan incontrolable, tan irracional, tan desesperado…Y cuando llega no puedo pensar en nada más que en satisfacerlo de cualquier forma, o con cualquier forma: forma de caramelo, de helado, de torta, de dulce de leche. Lástima que el éxtasis dura poco, la glucemia sube y baja veloz como una llamarada, y entonces vuelvo a mirar la heladera sabiendo que está vacía.




enero 2009