viernes, 10 de octubre de 2008
Diario: Nro. 02 - 15-01-08
Hoy es el fin, hoy es escombros, hoy es pasado. Hoy estoy triste, y no puedo reír porque todo es gris, es vapor, es organismo crispado y castigado por la complicidad y la indiferencia, y todo eso huele a humo inexplicable y apesta como la mugre, como la leche podrida, como la falsedad descubierta sin querer, como yo enferma de desolación.
Quizás mañana sí sonría, sí, mañana después de esta pequeña muerte de hoy, tal vez hoy después de la hora de la pequeña muerte de hoy. Pero me va a doler, como me duele anticiparla, y luego acaso permanezca su recuerdo de dolor como el de un calambre en mi miocardio flojo y rojo.
Lo que pasa es que la muerte no es la muerte solamente; también es olvido frío, es tierra que levanta el viento, es una raíz arrancada y un verde que se va, es una canción que se deja de cantar y no la guarda ni la memoria del aire. Yo la recordaré, lo sé porque mi memoria es una tierra que no sabe volar.
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