viernes, 10 de octubre de 2008

Diario: Nro. 07 - 21-03-08


Su fuego plano no arde, no existe. Sólo se ve como un espejismo, como si hubiera algo allí donde no hay nada. Ni siquiera la frialdad, o la indiferencia. Sólo hay la pausa, la demora, la tardanza, la suspensión. Debe doler, porque el tiempo sigue pasando y el fuego no se creó para ser plano. Buscará el relieve febrilmente para arder y ser contorno anaranjado en el límite con el aire. Hermosa incertidumbre la de sus bordes, breves perfiles de adyacencias que oculta la oscuridad. Hermoso fondo que se consume sin llamas. Triste belleza.


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