sábado, 11 de octubre de 2008

Poema 59


Un susurro de papel me despierta en las mañanas
y me despliega pájaro del este del infinito
la presa boquiabierta capaz de beberse el cielo de su albedrío
hasta amanecer en cada costado del pelaje color niebla
en un rapto que emancipa la obscenidad pura de
la luz
y la multitud de ríos del caos.




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